En líneas generales,
los ladrones de vehículos tienen prisa y no suelen perder
tiempo con las cerraduras para conseguir abrirlo. Lo más
expeditivo es romper una ventana. Un sistema de alarma completamente
equipado debe tener un dispositivo que detecte esta intrusión.
El detector más común de la cristal-fractura es un
micrófono simple conectado al cerebro. Los micrófonos
miden variaciones en la fluctuación de la presión
atmosférica y convierten este patrón en una corriente.
Romper el cristal tiene su propia frecuencia y la función
del micrófono es convertirla a una corriente eléctrica
particular que luego envía al cerebro.
De este modo, la corriente pasa a través de un dispositivo
eléctrico que conduce solamente electricidad de cierta frecuencia.
Esto se configura de modo que conduzca solamente la corriente que
tiene la frecuencia que produce la rotura de un cristal. Así,
solamente este sonido específico accionará la alarma
y no se hará caso del resto de los sonidos.
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