El elemento más
básico de un sistema de alarma para vehículos es el
interruptor de puerta. Cuando usted abre cualquier puerta de un
vehículo, el capó o el baúl, si éste
está correctamente protegido, el cerebro acciona el sistema
de alarma.
La mayoría de los sistemas de alarma de vehículo utilizan
el mecanismo de la conmutación que, en general, ya viene
en las puertas. En vehículos modernos, al abrir una puerta
o el baúl se encienden las luces interiores. El interruptor
que hace este trabajo es como el mecanismo que controla la luz en
una heladera. Cuando la puerta es cerrada, clava un botón
resorte-activado que abre el circuito. Cuando se abre la puerta,
el resorte empuja el botón abierto cerrando el circuito y
enviando electricidad o masa a las luces interiores, de acuerdo
a cómo trabajen las luces en cada vehículo.
Todo lo que hay que hacer para instalar los sensores de puerta es
agregar un nuevo elemento a este circuito precableado. Con los cables
nuevos instalados en donde corresponde, al abrir la puerta (que
cierra el interruptor) se envía una corriente eléctrica
al cerebro, además de a las luces interiores. Cuando fluye
esta corriente, el cerebro hace sonar el disparo de alarma.
Como medida protectora total, los sistemas de alarma modernos supervisan
puntualmente el voltaje en el circuito eléctrico entero del
vehículo. Si hay un mínimo de exceso en el voltaje
en este circuito, el cerebro interpreta que alguien ha interferido
con el sistema eléctrico.
Los sensores de la puerta son altamente eficaces, pero ofrecen una
protección bastante limitada. Hay otras maneras de conseguir
robar un vehículo sin necesidad de abrir una puerta. Por
ejemplo, pueden remolcar su vehículo lejos con una grúa.
A continuación, veremos algunos de los sistemas de alarma
más avanzados que protegen al vehículo contra criminales
más mañosos.
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